Aveces me pregunto tantas veces como podemos llegar hacer tan adictos y hasta obsesionados con el dolor, el sufrimiento y las palabras que deriven de ellas.
Es difícil de entender pero hay momentos en los cuales nosotros mismos buscamos el dolor, vivimos en lagrimas porque pensamos que dejar a esa persona ir seria morir, seria dejar de respirar, seria lo que llamamos estar: "muerto en vida", hemos llegado al punto de aferrarnos tanto a una persona que se hace indispensable en nuestra vida. Somos tan masoquistas que por el simple hecho de que realmente sentimos algo especial por alguien estamos dispuestos a sufrir por ello.
En algunos casos las lagrimas gritan en silencio por el adiós de esa persona al menos para mi es así, cuantos de nosotros no hemos querido obligar al pensamiento a no pensar en esa persona, a no quererla más?, a ya no sentir nada por ella o el, creo que eso no se puede contar porque son o serian demasiadas lo triste no es eso, lo triste es que la cabeza o la mente (como le quieran decir) no manda sobre el corazón. Sentimos porque queremos, sentimos porque nos nace, sentimos por mil motivos que por más que le busquemos una explicación lógica no la hay simplemente es así y ya.
Preferimos estar dormidos en un mundo de ilusiones, que estar despiertos y ver la realidad de que ya esa persona no está, el decir: "voy a olvidarlo/la" es solo buscar otro motivo o otra forma de seguir pensar en el o ella, es increíble pero si pensamos un poco hasta el mismo sufrimiento o dolor nos hace querer de alguna u otra forma más a esa persona.
No hay comentarios:
Publicar un comentario